El Capitol Cinema, conocido popularmente como Can Pistoles abrió sus puertas un 23 de septiembre de 1926.
Era una gran sala de proyección con una capacidad para 1.700 espectadores, donde solían proyectarse largometrajes de acción, principalmente westerns donde no quedaba vivo ni el apuntador.
El sobrenombre de Can Pistolas, le viene de los años treinta cuando empezaron a decorar tan originalmente las Ramblas de Barcelona con vaqueros pistola en mano apuntando al transeúnte.

Promocionaba sus películas con grandes decorados de fachada donde los dibujantes Antoni Clavé, Fernando Piñana y Àngel Camacho, daban rienda suelta a su arte y a su imaginación.

El propietario quería que el espectador empezase su aventura antes de entrar a la sala, ya desde la misma calle entrabas en el fantástico mundo de la película de turno gracias a las artísticas fachadas que hacían las delicias de grandes y pequeños.

La empresa disponía de una carroza decorada que era remolcada por la ciudad para anunciar sus estrenos.

En 1990 pasó a ser el teatro Club Capitol con programación estable.
Las fachadas del Can Pistolas han pasado a la historia y han quedado en el recuerdo de todo visitante de la Rambla. Eran unos magníficos reclamos artísticos y mágicos que por fin son reconocidos con el paso del tiempo.

En 2016 se reconoció a los tres artistas su aportación a la cultura barcelonesa en la exposición organizada por la Filmoteca en la que se les rindió homenaje con una exposición llamada “Las fachadas de “Can Pistoles”.