El Communiqué era una sala de conciertos de lo más underground, en los años ochenta era de mis favoritas, un bar de copas con maquina de Pacman, y un Flipper para darle a las bolas por unas monedas.
Al fondo del local había una escalera, decorada con graffitis de la época. Una escalera que te llevaba al mismísimo paraíso, o directamente al infierno, dependiendo de la banda que tocase aquella noche en el sótano habilitado para conciertos de todo tipo.
El sótano era de techo bajo, era muy fácil dar con la cabeza en el techo si estabas en el escenario tocando, y se te ocurría saltar con la emoción del directo.
Por supuesto la ley anti tabaco no existía y aquella sala se convertía en una vorágine de olores a humanidad y humo de tabaco o de hachís del bueno.
Una sala que se echa de menos y de las que actualmente tendrían que existir como diez de ellas o más, para poder dinamizar la cultura underground de la ciudad, un tanto descuidada de unos años a esta partes.
Lo curioso del Communiqué, es que llevo treinta años recordándola en la carretera de la Bordeta de Sants, el cerebro nos hace estas malas jugadas, incluso he llegado a discutir con personas que me insistían en que estaba unas calles más arriba.
Hace unos días encontré información de la sala y me di cuenta de mi error, y de mi tozudez al discutir sobre su localización.
El Communiqué estaba en la calle Hostafrans nº 18 del barrio de Sants de Barcelona.

Fue tanta mi sorpresa al descubrir información de sala que realicé un video con lo encontrado.
Desde aquí pido perdón al que subió el vídeo a Youtube, supongo que grabado por él mismo en el local en los años ochenta.
Era tanta mi emoción que lo capturé e hice mi propio vídeo con sus imágenes.
Espero no se moleste demasiado.

