CURIOSAS TRADUCCIONES

CANGURO O KAN GHU RU

Cuenta la leyenda que cuando el capitán James Cook llegó a Australia quedó asombrado de la fauna y flora del continente que iban a tomar en nombre de la Corona británica. No daba crédito a tanto extraño animal, sobre todo en uno bastante grande que se trasladaba  a grandes saltos y llevaba a sus bebés en una bolsa.
El capitán preguntó insistentemente a un aborigen Guugu Yimithirr, como se llamaba aquel magnifico animal. El Aborigen le repitió varias veces Kan Ghu Ru.

canguro-gris-oriental

Se dice que el cuatro de agosto de 1770, James Cook apuntó fonéticamente en inglés en su libro de explorador lo que le había dicho el aborigen. De modo que Kan Ghu Ru pasó a ser Kangaroo, Canguro en castellano.
Años más tarde los lingüistas, después de conocer a muchos aborígenes, llegaron a la conclusión que todo fue un malentendido entre el capitán Cook y el aborigen.
Kan Ghu Ru en la lengua que usaba en aborigen significa ni más ni menos «No le entiendo».
Una escena de lo más chistosa si nos imaginamos al capitán totalmente excitado, al ver a tan raro animal, preguntar con insistencia como se llamaba y el aborigen también insistiendo en que no entendía ni papa de lo que le decían.

CHUMINO

Otra interesante mala interpretación o traducción fonética que a cuajado en la lengua, esta vez castellana, se dice que ocurrió en el puerto de Cádiz en el siglo XVI.
Se cuenta que cuando llegaban a puerto los marineros británicos, las prostitutas de la ciudad los recibían levantándose las faldas para mostrarles el material.
Se supone que en la época mostrarían un matorral impresionante ante los atónitos ojos de los marineros que raudo y veloz pagaban por los servicios de la prostitutas gaditanas.

Convicts-to-Australia

Se dice que el malentendido viene de que no todas las prostitutas se levantaban las faldas para mostrar sus ocultos encantos y los marineros le pedían que lo enseñasen con la expresión «Show me now», enséñamelo ahora. Con el tiempo la expresión se castellanizó y empezó a usarse como Chominou ya que creían que así era como los británicos llamaban al sexo femenino. Con el tiempo la palabra Chominou pasó a decirse Chumino.

Dos bonitas y graciosas anécdotas sin ningún tipo de rigor histórico, simplemente son leyendas que pasaron de boca en boca hasta llegar a nuestros días.