EL FARO DE L´HOSPITALET

L´Hospitalet de Llobregat
Es la segunda ciudad de Cataluña en número de habitantes, siempre en disputa por tal honor con la vecina ciudad de Badalona. Con 20.324 habitantes por kilómetro cuadrado es uno de los municipios con más densidad de España.

Las oleadas de inmigración y la construcción de los barrios para absorberla hicieron que ese pequeño pueblo se convirtiese en una gran ciudad. La construcción de barrios como Can Serra, entre otros, o el Polígono Gornal de Bellvitge, junto a todos los polígonos industriales fue un gran detonante para el crecimiento de la ciudad.

La ampliación del puerto de Barcelona y la construcción de la zona franca dejó a L´Hospitalet sin playa, y los polígonos industriales sin masías, ni huertas.
L´Hospitalet era un pueblo espacioso y muy rural. Al este de la ciudad se extendía una gran zona de terreno de cultivo en el que las masías se desperdigaban entre las huertas. Más allá de ese terreno agrícola empezaba la playa.
El faro de L´Hospitalet
En la playa de L´Hospitalet, faenaban con sus pequeños barcos de madera los pescadores de la zona, donde estaba el faro, justo al lado de la desembocadura del Llobregat.

En la base del faro de L´Hospitalet o la Farola, como muchos la conocen, había un pequeño bar donde se vendían refrescos de la época como la Mirinda o el Orange Crush, y en el camino había pescadores que vendían mejillones a platos; Un plato, o un plato y medio de mejillones que te los servían en una bolsa para limpiarlos y cocinarlos en casa.

Todos estos paisajes idílicos y llenos de recuerdos para los más mayores de la ciudad permanecen en la actualidad enterrados bajo el pavimento de la zona franca y el puerto de Barcelona.
El bonito faro que un día lució, robusto y desafiante, tuvo mejor vida que en la actualidad, entre mares, ríos y rocas, hoy se encuentra entre naves industriales, depósitos de gas y ruidosos camiones.
A la Farola se le ve triste alejada de lo que un día fue su entorno. Hoy mira con gran pena a un mar cerrado por espigones que poco tiene que ver con el bravo mar abierto del pasado, lejos del río que un día desvió su cauce alejándose de él.


Puestos a elegir sin duda alguna me quedo con la bonita imagen del pasado, lo cierto es que la actual es de lo más triste y deprimente.


